Las enfermedades crónicas, es decir, aquellas patologías de larga duración y de progresión lenta como, por ejemplo, los dolores intensos de cabeza (migrañas), la fibromialga o el dolor del miembro fantasma, pueden forzar a muchos cambios de estilo de vida. Los pacientes, por causas incontrolables, dejan de realizar ciertas actividades y tareas, limitan sus condiciones físicas e incluso son nombrados inhábiles a la hora de trabajar.

Sarai García Hojas, Licenciada en Psicología y especializada en la rama de Neuropsicología por la Universidad de Deusto, se encarga de analizar cómo influyen las conductas humanas en el cerebro. En el Centro Martínez Bardají Psicología y Salud, ubicado en el centro de Zaragoza, es la responsable del área de neuropsicología y, entre otras patologías, se encarga de tratar las enfermedades que generan depresión, ansiedad y tristeza, además de atender a pacientes que sufren demencias, alzheimer o  déficit de atención.

centro martinez bardaji

El objetivo principal de Sarai García es ayudar psicológicamente a las personas que sufren enfermedades crónicas y modificar sus pensamientos para que tengan una actitud positiva hacia la vida. Como asegura la profesional, “son muchos los pacientes que acuden a la consulta con inclinaciones suicidas por el propio dolor que les origina la enfermedad”. Otras veces, en cambio, “no es el sufrimiento de la dolencia lo que les lleva a tener un estado de angustia, sino las propias repercusiones”.

“En muchas ocasiones nos sugestionamos y nos suceden episodios de dolencia porque nosotros mismos nos los creamos”, afirma Sarai García. Asimismo, puntualiza “algunos pacientes asisten al centro declarando que han dejado de salir a la calle o de frecuentar lugares concretos por miedo a sufrir un ataque de dolor que ya se produjo cuando realizaban esa misma actividad”. Es decir, extrapolan lo que les sucedió en un momento determinado a su vida diaria: “Como en este restaurante me puse muy malo, ya no voy más” “Como cada vez que salgo a la calle me duele las piernas, ya no paseo más”. Esta reacción tan corriente en pacientes con enfermedades crónicas se convierte en un calvario y en un círculo sin salida porque, además de sufrir dolencias diarias, se aíslan de la sociedad, de sus amigos y familiares.

¿Cómo podemos prevenir o eliminar estos pensamientos negativos?

“Si todo el rato estoy pensando que me va a entrar una migraña, seguramente acabará sucediendo por el alto nivel de ansiedad que me provoco a mí mismo”, certifica la neuropsicóloga. Por ello, es importante aprender a relajarse mediante técnicas específicas y a través de la ayuda de profesionales.

En el Centro Martínez Bardají Psicología y Salud, especialistas en todas las áreas de psicología, se encargan de estudiar cuándo, cómo, cuánto y en qué parte se da la dolencia para examinar el nivel de ansiedad del paciente en ese explícito momento e intentar subsanarlo mediante técnicas de relajación. Además, “estas técnicas ayudan a controlar y visualizar el dolor para que el paciente pueda llevar una vida normal y activa”, concluye la experta Sarai García Hojas.